Storymakers

junio 2, 2015

Hacer visible una historia es saber narrarla. Los contenidos más espectaculares pueden quedar deslucidos si las palabras no están bien escogidas, el estilo no gusta al público o carece del énfasis adecuado.

Como Director de Recursos Humanos una de las mejores cosas que puedo conseguir es proporcionar una historia a mi comunidad, una historia con la que acontecer, con la que transcurrir, que emocione y motive. Las empresas no son meros agregados de individuos que venden productos y servicios y expiden facturas, porque entonces sus miembros son simples piezas de una caja registradora. Llegar a esto es fácil, solo se necesita carecer de cualquier otra intención. Yo trabajo para que en el día a día de mi organización se respiren historias significativas, porque las personas se enamoran y luchan por aquello que les ayuda a comprender. El poder del directivo es el poder narrativo, es a través de las historias como transmitimos significados y contagiamos las ganas de participar, de formar parte. Por contra, las personas guardan su calidad atesorada dentro si se ven en manos de líderes maquinistas, soporíferos y cicateros. Las historias que quiero para mi empresa son aquellas que inspiran y dan buenas ganas, y aquellas que son ricas en tramas y subtramas y sirven para conversar con el entorno y revelar nuevas oportunidades de negocio. Historias que nos hagan sentir poderosos.

de Bedford a Centerville, 167 kms