Solo quieres un trabajo, ¿y ya está?

El personaje del vagabundo es un favorito de Jack London, en la presentación que hacía del mismo solía rondar la idea de que cuando uno se deslomaba trabajando catorce horas por un mísero jornal cobraba sentido hacerse trotamundos a cambio no tener que hacer nada en todo el día. Ciertamente esta es una defensa personal que ningún movimiento obrero puede mejorar.

Esa lógica ha sido desbancada, la cultura capitalista del trabajo nos ha convencido de que no es una infamia trabajar en una organización o por una causa que no convence, a veces incluso envilece, que el desempleo, aunque sea temporal, es más indecoroso que dejarse la ética a un lado.

Ahora la gente ya no se tira al monte, callan y se resabian y se vuelven absurdos e inconstantes. Los hay intoxicados de dignidad, desconfiados y desafiantes en empresas en las que se observan las normas y se cuida a las personas, los mismos que luego se dejan sujetar por un patrón tramposo y mediocre; vagabundos que han perdido la costumbre de luchar en contra o a favor.

¿Qué opinas?

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *

 
Go top