Un motivo

Si te piden que te rindas te negarás. Si estuvieras sentado te pondrías de pie. Si ya lo estuvieras, estirarías el cuerpo para parecer más alto y más libre. Por eso nadie te pide que lo hagas, en lugar de eso, te ofrecen cosas, cositas llamativas con voz anacreóntica, te concentran en tu área pequeña y ¡voilà!, ahí dentro nos sometemos sin imposición, porque en esa zona tenemos todo lo necesario para vivir agradablemente desorientados sin pasión. Si quieres un motivo para poner un pie hasta donde antes no habías soñado, aquí lo tienes: haz algo extraordinario, enamora a tus vecinos, desafía al hipnotizador.

 

¿Qué opinas?

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *

 
Go top